miércoles, 25 de octubre de 2017

Salmerón ordena, la calidad manda

El fútbol con focos. Con bullicio. Con olor a césped. El fútbol de traje y corbata. Eso fue el Real Murcia-Barcelona de Copa. 0-3 dice el resultado, que en realidad es decir poco del Murcia y más de este Barça abrillantado por las estadísticas. Salmerón ordenó y la superior calidad mandó.

El Real Murcia se metió atrás para contragolpear, bien junto en un 4-1-4-1 con Escribano, chico del Imperial, en el lateral derecho, David Mateos en el pivote y Elady como punta y fósforo en cuanto podía correr. En el equipo grana no se notó ni el cansancio, ni las bajas ni la depresión liguera. El Barça dominaba en campo contrario sin someter.

Quedó confirmado: André Gomes juega igual en directo que por la televisión. Lo intentaba Deulofeu y se remangaba Juanra. Desde hace semanas la defensa debería ser él y tres más. El Murcia vivió con solvencia en su campo y se envalentonó con alguna contra, pero recibió el duro golpe de un 0-3 concentrado: del 44' al 55'. Los tres goles identificaron a sus autores: el oficio de '9' de Alcácer, el uno contra uno de Deulofeu y el recorte hacia dentro y chut decidido de Arnáiz. El ex del Valladolid marcó, igual que ya hizo Aleñá hace un año ante el Hércules. Ambos van de travesura en travesura en Segunda.

El Murcia dio poco margen para el desánimo y acabó como había empezado, con entereza. Atacó y mereció algún gol. Con Salmerón, fue ordenado y compacto en el papel de equipo pequeño. El siguiente reto será mantener esas virtudes en Liga, en donde es el grande, debe abrirse y atacar. Otro rol (dominante), otra responsabilidad (la Liga) y otros espacios en el campo a ocupar con equilibrio. En cualquier caso, el partido sí vale como refuerzo para la autoestima para construir un Murcia mejor.

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