El Real Murcia está en un círculo vicioso. Le falta confianza para ganar, pero le falta una victoria para coger confianza. Hasta ahora los nervios atacaban en los contratiempos. Esta vez ni eso. Con un marcador y un reloj que jugaban a favor, asomó el miedo. A perder hasta cuando no se pierde. Una falta de autoridad corrosiva. Los de Sanlúcar no supieron dominar la escena y dejaron crecer a un Mérida chato e impreciso, pero certero a balón parado. El 1-1 reparte puntos y no clausura las dudas de ninguno.
El partido se abrió con un Mérida queriendo presionar en campo contrario. Sin victorias a domicilio, aparecía reivindicativo y con un Julio de Dios contundente en la recuperación. El Murcia tuvo la primera llegada en una contra calcada al partido del UCAM, por forma y minuto. Un balón largo a la carrera de Elady, pero al que llegó antes un atento Felipe Ramos. Los granas inclinaron su juego por la derecha, con Jara y los desdoblamientos de Fede Vega. Ambos, de regreso al once, al menos lograban forzar varios saques de esquina. También se animó Xiscu, que puso el centro que tanto tiempo llevaba esperando Chamorro. Era su momento, titular por los problemas físicos de Curto y Pedro Martín, pero su remate no encontró portería. Álex Bernal empezó a reclamar el partido para su equipo, que se quedó recortado por la lesión de Mustafá, quizá su jugador más en forma. En el mismo minuto fue cambiado Xiscu, también lesionado.
En una fase sin grandes ocasiones, llegó el 1-0 en propia puerta de Javi Chino. Fue en un centro en el área de Jordan, que se movió muchas veces con habilidad e intención. Lo mejor en el Murcia junto a una banda derecha por la que insistía Santi Jara encarando, centrando o chutando. La segunda parte seguía la misma línea. Jordan forzó con sutileza un libre directo prometedor y Jara y Fede Vega incidían por banda. El resultado y el tiempo favorecía un juego mejorado del Murcia. Dos buenas combinaciones mostraban a un equipo que, ya sí, disfrutaba. Si Curto tiraba por primera vez solo dos minutos después de entrar, las perspectivas no podían ser malas. Entonces todo se desmoronó.
El Mérida, inexpresivo en ataque, acabó como en tantos partidos en un 4-4-2, con Javi Gómez y Hugo Díaz arriba. También, con Kike Pina en el lateral izquierdo para adelantar a Santi Villa. Con el rival reconfigurado para apurar sus opciones, el Murcia no fue capaz de controlar la recta final. No supo manejar la situación. Corría cuando había que parar y paraba cuando había que correr. Eran momentos de ida y vuelta, con los de Nafti ganando terreno aunque faltos de la precisión debida. El rescate estaba a balón parado. Santi Villa sacó una falta lateral y mientras Orfila atendía a Aguza, el resto de la defensa se olvidó de Javi Gómez, que cabeceó sin oposición. Y en un córner, tras dejada de Aguza, Biel Ribas le negó a Bernal otro gol.
Sonaron los cánticos en contra del entrenador grana, aunque con el 1-0 ya había motivos para la disconformidad. La última jugada reflejó la descomposición: Jara y Fede Vega, cuya conexión había propiciado lo mejor, extraviaron el último ataque por no entenderse. Balón fuera. Y final. El peor final. Porque un empate como equipo habría otorgado crédito y una victoria desde las individualidades, tiempo. No hubo ni una cosa ni la otra. El club agotó el crédito y el tiempo de Sanlúcar.
FICHA TÉCNICA
Real Murcia (4-2-3-1): Biel Ribas; Fede Vega, Orfila, David Mateos, Xiscu (Juanra); Juanma (C), Carnicer (David Sánchez); Santi Jara, Jordan, Elady; Chamorro (Curto).
Entrenador: Manolo Sanlúcar.
Mérida (4-2-3-1): Felipe Ramos; Iván Pérez, Aguza, Javi Chino (C), Santi Villa; De Dios, Chema Mato (Javi Gómez); Esparza (Kike Pina), Álex Bernal, Mustafá (Kiu); Hugo Díaz.
Entrenador: Mehdi Nafti.
Goles: 1-0 (37') Javi Chino, en propia puerta. 1-1 (84') Javi Gómez.
Incidencias: Nueva Condomina, 6.772 espectadores. Jornada 7 del Grupo IV de Segunda B (1 de octubre de 2017).
SALA DE PRENSA
Manolo Sanlúcar
Mehdi Nafti
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