Oportuno y enrachado, Aguilar se ha convertido en la tabla a la que se está agarrando el UCAM en las últimas tardes. Primero ante el Granada B y ayer ante el Marbella, el equipo de Salmerón estuvo espeso en el juego. Y en ambos casos fue Aguilar, ya máximo goleador del equipo, el que marcó en el momento preciso estando en el lugar indicado. Le hizo pagar al Marbella sus errores, que trituraron un primer tiempo casi impecable. Casi.
Porque el Marbella es de los equipos que mejor se ordenan tras el balón. En La Condomina planteó un 5-4-1 con los jugadores previstos y con el importante regreso de Añón al once. Para combatirlo, el UCAM contaba con Pallarés y Jesús Rubio como novedades. También volvió Checa y Pol Bueso reemplazó a Dani Pérez por problemas físicos de última hora. Y en el banquillo, ningún defensa. No es la primera vez que lo decide así Salmerón cuando espera a un rival replegado.
La tarea se preveía compleja. El Marbella le planteaba al UCAM el escenario que precisamente peor le sienta al equipo de Salmerón: el ataque estático. Pero con el paso de los minutos se vio que los de Loren iban a tener más argumentos que su apreciable rendimiento defensivo. Y es que iba a desarrollar las jugadas mejor enlazadas del partido. El plan del Marbella no era parcial: disciplina atrás, sí, pero despliegues con buen tacto arriba. Con los carrileros predispuestos para proyectarse y Yebra dando calma y sentido a la posesión, el juego se inclinaba para los visitantes. Las sensaciones se tradujeron en llegadas. Añón profundizó bien por la derecha tras un buen pase filtrado y por izquierda Sergio se lanzó arriba y su centro no lo remató Herrera por muy poco en el centro del área. Narváez tuvo otra prometedora ocasión, pero su tiro fue demasiado flojo.
Iba acumulando méritos el Marbella, y su desenvoltura se hizo aún más evidente, y frustrante para los locales, por el contraste con el UCAM. Los de Salmerón buscaban balones largos con un Pallarés incansable mientras su elaboración se resentía. Le costaba circular con velocidad y la transición defensa-ataque se resentía. Además, costaba mover mucho en balón de banda a banda. El Marbella no lo ponía fácil, pero ante esos problemas el UCAM tampoco sabía encontrar las mejores soluciones. La sensación, claro, se fundamentaba por otros muchos partidos de esta temporada.
Fortalezas y debilidades, en fin, se retroalimentaban. Hasta el 42' no llegó la primera oportunidad del equipo. Fue una acción de Nono, que tras un recorte chutó y paró Cebriá. Hasta entonces, el Marbella no perdía la concentración y enseguida se reorganizaba. Orden, control y fiabilidad. Pues todo eso saltó por los aires sin previo aviso. Una pérdida en mediocampo originó una transición rápida del UCAM que no dio opción al Marbella de recomponerse. Disparó Nono, rechazó Cebriá y Aguilar, en el lugar preciso, finalizó la jugada justo antes del descanso. A Loren, incrédulo en el césped, le costó asimilar el golpe. El fútbol puede ser muy ingrato.
Eso sí, Loren aún debería pasar de la incomprensión a la impotencia. La charla del descanso también se fue por el sumidero ya que en el 51' llegó el 2-0. Cuando quería levantarse le volvieron a tumbar. Fue en un córner bien sacado por Góngora y mal medido por Cebriá, a quien le superó el balón. Aguilar, en el segundo palo, cabeceó. Ya pudo marcar el UCAM en la jugada precedente, con un remate de Fran Pérez que, ahí sí, despejó con reflejos sobresalientes el portero. Estirado por la necesidad y descompuesto por la digestión de los goles, el Marbella se abrió y se fracturó y el UCAM al fin disfrutó con la pelota. Pallarés hizo una buena dejada para Nono, que primero amagó y luego tiró con peligro. Crecía el equipo y se multiplicaba un buen Nono. A ese chut sumó un centro que Aguilar remató mordido. Y luego se quedó solo en el área, pero no supo culminar. Fue tras una gran pase picado de Jesús Rubio, un destello de aquel jugador de inicio de Liga que parece extraviado.
El Marbella agotó sus cambios con casi media hora por jugar, pero los goles le habían emborronado. Parecía un equipo desanimado, turbado por los goles recibidos. También el UCAM apretaba más. Los de Loren intentaban apurar sus opciones aunque lo hacían sin convicción. Encima, algunos de sus acercamientos los culminaban con centros al área. Un desperdidico ante la figura de Biel Ribas, imponente en el juego aéreo. Aliviado el UCAM en la segunda parte, Nono Delgado, Josan e Isi Ros se sumaron al apacible final. El propio Josan protagonizó con Tekio una gran jugada por la derecha. El UCAM resolvió otro partido en el que encontró antes los goles que el juego. Mérito o riesgo, eso dependerá del punto de vista de cada cual. La traducción hoy será la misma: cuatro victorias seguidas que mantienen a los de Salmerón segundos y sin renunciar al liderato.
FICHA TÉCNICA
UCAM Murcia (4-2-3-1): Biel Ribas; Tekio, Fran Pérez, Pol Bueso, Góngora; Remón, Checa; Jesús Rubio (Josan), Aguilar (Nono Delgado), Nono; Pallarés (Isi Ros).
Entrenador: José María Salmerón.
Marbella (5-4-1): Quique Cebriá; Gabi Ramos, Rafa Navarro, Marcos, Edi (Juanfri), Sergio Rodríguez; Añón, Sielva, Yebra (Gerrit), Álex Herrera (Cubo); Narváez.
Entrenador: Loren.
Goles: 1-0 (44') Aguilar. 2-0 (51') Aguilar.
Incidencias: La Condomina. Jornada 30 del Grupo IV de Segunda B (19 de marzo de 2016).
SALA DE PRENSA
Salmerón
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