Perdidos en el laberinto

El Murcia volvió a tropezar en casa (0-1) y encadena cinco partidos sin ganar en Nueva Condomina. Sigue líder, pero empatado con el UCAM. El Recreativo, ejemplo de entereza

El Real Murcia se sigue encontrando en la tabla, pero se ve perdido en su casa. Nueva Condomina se ha convertido en un laberinto. Da igual el camino que elija, el juego que haga, pues termina regresando al mismo lugar: la derrota. El equipo da vueltas, y cuando cree que a la vuelta de la esquina tiene ya la salida se vuelve a perder. La desorientación se empieza a notar. No todos los caminos parecían malos. Pero algunos sí. Como ante el Recre, en una tarde que empezó mal y que no se supo corregir. Es la cuarta derrota en casa. Tanta concesión hace que el UCAM, aunque haya sido poquito a poquito, ya tenga los mismos puntos.

Sin la victoria más merecida

El UCAM empató (0-0) en uno de sus mejores encuentros en casa. El Melilla enlaza otro partido invicto con trabajo y un estelar Dani Barrio. El Murcia mantiene el liderato

Era el minuto 94 cuando el partido se contrajo en un instante. Fue en un lanzamiento de falta de Góngora. Ejecutó un golpeo certero e intencionado, como el partido del UCAM, pero resultó insuficiente. Una estirada llena de convencimiento de Dani Barrio elevó la resistencia del Melilla hasta el final. Tras la parada no hubo tiempo para más. Justo en el partido en donde el UCAM mostró el mejor tono de las últimas semanas en casa, la victoria le dio la espalda.

Pallarés puso la pegada

Un UCAM eficaz ganó el derbi (0-1) y se pone a un punto del liderato. El Murcia, superior, falló en la definición. Mejor entrada de la temporada en Nueva Condomina

Entre la duda y el deseo, se esperaba la mayor movilización esta temporada en Nueva Condomina. Y un abarrotado transporte público, a modo de termómetro, dio la respuesta. El derbi provocó la mejor entrada de la temporada, superando incluso la del España-Noruega Sub-21. Murcia no debía fallar. Y no falló. Lo hizo el Murcia, en las áreas. Los murcianistas tuvieron más ocasiones y el UCAM, mejor puntería. Por ahí se le fue el partido a los granas, frustrados por el testarazo ganador de Pallarés. 

El UCAM detrás de la estadística

"¡Pásala al portero!", se escucha habitualmente en La Condomina. Es un grito burlón, de disconformidad. Parte de la afición vive insatisfecha, desconfiada. Y hay quien no entiende los reproches a un equipo que es la mejor defensa en Segunda B (16 goles recibidos), solo superada a  nivel nacional por el Atlético de Madrid, y el que mejor ha aguantado el formidable ritmo del Real Murcia. Además, a falta de seis jornadas, ya ha ganado un partido más que en la pasada Liga y está a solo un triunfo de superar la puntuación de la 14-15. ¿Qué ocurre entonces para que, a pesar de todo, el equipo no convenza o solo lo haga a medias? Detrás de una crítica más caprichosa e ingrata, existe otra que merece ser atendida. Que no busca la queja, sino la mejor comprensión del juego. Por eso, para saber cómo es el UCAM y en qué contexto se maneja y se le exige, profundizaremos en tres aspectos: identidad, mentalidad y exigencia.

Fastidio compartido

El UCAM rescató un punto (1-1) gracias a un gol de Pardo en propia meta. Los de Salmerón acabaron la jornada más lejos del liderato. La Hoya Lorca no rentabilizó su mejor juego

Hay empates que son un alivio porque no se pudo aspirar a más. También los hay que son suficientes, cuando los puntos sin ganar no hacen daño. Y están lo que son simplemente un fastidio, con el dudoso valor de molestar. Nadie salió contento de La Condomina. Ni lo hizo el UCAM, que vio cómo el Murcia se alejaba por la tarde, ni lo hizo La Hoya Lorca, en otro partido mejor jugado que resuelto en un gran escenario. Un 1-1, en fin, que obligó a la resignación.