domingo, 31 de enero de 2016

El Jumilla huye del fatalismo

El Jumilla saca un merecido punto de La Condomina (1-1) gracias a su solidaridad defensiva. El UCAM tuvo la pelota pero le faltó lucidez. Debutaron Titi y Chirri Monje

Lleva toda la temporada comportándose igual. Quizá eso sea lo más importante para el Jumilla. El equipo no permite el desánimo. Ni con Fabregat ni con Josico. No deja que le aplasten las circunstancias: una plantilla estrecha, impagos, angustia clasificatoria... Y 9 derrotas fuera de casa. Los 90 minutos de cada partido suponen una certidumbre a la que agarrarse y que se renueva semanalmente, y que se afronta con determinación. No siempre alcanza con eso para sumar. Pero sí valió para puntuar en La Condomina. Frenó al UCAM Murcia, que ofreció una de sus peores versiones, sin buenas respuestas ante el problema planteado por los jumillanos.

Sin Checa ni Julio de Dios, sancionados, Salmerón apostó por Jesús Rubio para acompañar a Remón. Se quedaba en el banquillo Manolo, y junto a él estaba Titi, de regreso tras su lesión. En el Jumilla, con Nobile Capuani en el estadio, pocas variantes podían entrar en juego, con jugadores que se marchan y otros que llegan sin poder jugar aún. Así, el que sí estuvo disponible fue titular: Chirri.

Empezó bien el UCAM, tocando y llegando. Góngora sacó una falta lateral que Fran Pérez cabeceó con ímpetu, pero Seral atrapó bien. Al poco, Josan conectó con un Aguilar móvil. Pero entonces el Jumilla pegó el mordisco. Etamané se escapó de Fran Pérez por la banda derecha y su centro acabó en pies de Carlos Terol. El diez del Jumilla sacó toda su clase para definir: golpeo con el exterior y balón a la escuadra. El tanto sacudió más de lo debido al UCAM. Por lo brusco y lo inesperado, el equipo se quedó aturdido. Empezó a moverse errático, carente de dinamismo y fluidez. La falta de claridad multiplicó las conducciones, que eran un regalo defensivo para el rival. El Jumilla se hizo sólido con sus dos líneas de cuatro en campo propio.

La previsibilidad del UCAM tuvo un feliz paréntesis cuando el equipo combinó ágil y preciso y, tras una pared, Josan ajustó tanto su tiro que pegó en el poste. En el rechace, Aguilar chutó alto. El disparo fue el de una pistola de bengalas: un resplandor, una señal de auxilio. El guión no cambió y el Jumilla seguía protegiendo su ventaja con firmeza. Además, Etamané no dejaba de dar salida a su equipo, jugando de espaldas y bajando todos los balones que le enviaban. Y, con ello, dando tiempo a sus compañeros para que se desplegaran en ataque. Fue un incordio para los centrales, en especial para Dani Pérez. 

El plantemiento de Josico funcionaba con tremenda claridad, en contraste con el difuso juego del UCAM. La brillantez de Jesús Rubio se echa de menos y lejos de la mediapunta no parece que vaya a recuperarla. Apenas se rescataban jugadas sueltas en un equipo cuya circulación no tenía cambio de ritmo en los últimos metros. Una acción destacada llegó con un centro templado de Aguilar al segundo palo que Pallarés, con escaso ángulo, remató fuera. Incluso se golpeó contra el poste. El delantero ha perdido parte del vigor que llegó a tener. Otra opción fue una falta de Góngora que tocó Seral y dio en el larguero. 

Con la segunda parte, el Jumilla no cedía en su resistencia. Mantenía la tensión y Verdú confirmó un partido soberbio, imperial por arriba. Un ejemplo individual del compromiso colectivo. Salmerón no esperó mucho para meter al añorado Titi, refuerzo invernal tras su larga lesión. Fue él quien persiguió un balón en el área y provocó el penalti de Seral, que se tiró tarde a sus pies. El portero llevaba varios partidos destacados, pero en esta ocasión no supo medir la jugada. Si algo condena a Seral es la desconfianza que provoca su falta de fiabilidad, algo especialmente delicado en los porteros. Fiable como lanzador es Góngora, y lo demostró transformando la pena máxima.

Un error del Jumilla liberó al UCAM de su bloqueo hasta el punto de que la remontada se pudo precipitar. Al fin el UCAM tuvo ritmo en su juego. Inclinó el partido mediante velocidad y decisión, con un Titi que reactivó el ataque siendo muy participativo por dentro. Disparó Góngora y un disparo de Titi salió cerca del poste. Tras sucesivos hachazos, la entrada de Isi Ros amenazaba con derribar el árbol. Y, sin embargo, el impulso se paró antes de tiempo. El juego se calmó y bien que lo agradeció un Jumilla que con la entrada de Manu Torres por Terol indicaba que el empate era suficientemente bueno. Los de Salmerón perdieron impulso y los de Josico aún amenazaron con un chut potente de Etamané que salió fuera. Poco más replicó el UCAM. Al final, el equipo no pudo corregir, al menos en el marcador, uno de sus partidos más planos, justo cuando más claridad necesitó ante un Jumilla que no se resigna y sigue creyendo con gente como Verdú.

FICHA TÉCNICA

UCAM Murcia (4-4-2): Biel Ribas; Tekio, Fran Pérez, Dani Pérez, Góngora; Josan (Álex Rubio), Jesús Rubio, Remón, Nono; Aguilar (Titi) y Pallarés (Isi Ros). Entrenador: José María Salmerón.

FC Jumilla (4-4-1-1): Seral; Albiol, Fran Manzanara, Verdú, Inestal; Chirri, Julien, Borja, Guardiola (Jose); Carlos Terol (Manu Torres); Etamané. Entrenador: Josico.

Goles: 0-1 (8') Terol. 1-1 (59') Góngora, de penalti.

Estadio: La Condomina. Jornada 23 del Grupo IV de Segunda B.

SALA DE PRENSA

José María Salmerón


Josico
 

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