domingo, 28 de febrero de 2016

En el momento más inesperado

Un Real Murcia convincente sufrió su primera derrota tras 16 partidos (1-2). El Cádiz remontó el gol de Chavero y recupera autoestima. Venció en Nueva Condomina por segunda vez

Ganó por la mínima el equipo visitante. Esta será la única coincidencia con el precedente de Copa, allá por el mes de septiembre. Ni el partido fue jugado igual ni los equipos tienen la misma piel. Aquel Murcia tierno maduró hasta el actual, rotundo. Un equipo que llevaba cuatro meses sin perder. Y aquel Cádiz, jerarca, derivó a otro revuelto que llegaba a 11 puntos de su rival. Si el resultado acabó siendo calcado fue porque el empate fue tan imprevisto como desestabilizador y propició la remontada final cadista tras una hora muy competitiva grana.

Un equipo grana que recuperaba a Chavero tras cumplir sanción, y que como era previsible volvió para ser titular. Más significativo fue ver a Armando de central otra semana más a pesar del regreso de Satrústegui. Y es que lo que funciona no se cambia y Armando (y a su vez Guilló en el medio) ha respondido estas jornadas. Finalmente, debutó Simón en la portería. Así se enfrenataba a un Cádiz con bajas importantes como la de Güiza, máximo goleador del equipo. Entre los disponibles se formó un once esperado, solo con la entrada de Pavez en el lateral izquierdo por Andrés Sánchez, baja de última hora.

El partido amaneció rápido y al primer minuto Germán y Salvi ya sumaron las primeras llegadas para sus equipos. El Murcia demostró estar bien despierto. El Cádiz intentó elaborar, tratando de avanzar con Machado y de activar a Salvi, pero el equipo grana tuvo una estupenda actitud sin la pelota, apretando con puntualidad, y por tanto con eficacia, sobre el rival. Además de desactivarle, podía iniciar así sus ataques. Esa labor la interpretaron muy bien los los medios del Murcia. Tanto Guilló como de Vicente supieron cómo y cuándo apretar para atascar al rival. Rafa, además, orientaba con éxito las jugadas del Murcia, que jugaba con ritmo y con la voluntad clara de tener continuidad en su juego. Germán completó la terna de jugadores destacados con sus conocidas virtudes: juego aéreo, presión y profundidad. Pavez nunca supo anularle. 

El Cádiz encontraba una dura oposición. Si no generaba más era por virtud grana y no tanto por demérito suyo. Los de Barragán sí encontraron un respiro en los córners. En uno de ellos David Sánchez rozó el gol con un cabezazo limpio. En cuanto a ocasiones locales, Chavero lo había intentado desde muy lejos, un atrevimiento que servía para definir sus primeros minutos, voluntariosos pero poco afinados. Desde la izquierda, jugó con gran libertad de movimientos y no fue raro verle por el sector derecho. Por lo demás, un desentonado Azkorra cabeceó alto un balón y Guilló lo intentó desde la frontal. El bagaje era escaso en un partido, igualmente, bien sujeto por los locales. Sin paradas, los porteros tuvieron otro protagonismo. Simón desprendió seguridad hasta llegar a la temeridad: su recorte a Despotovic heló el ambiente. Alberto fue muy aplaudido por la que fuera su afición.

El descanso no alteró la inercia del partido, aunque Barragán diera entrada a Nana por Fran Machado. Incluso, el reinicio tuvo especial agitación con dos jugadas que pudieron acabar en gol. Primero, Germán chutó al aire cuando estaba solo en el segundo palo. Algo parecido ya le había pasado a Álvarez en el primer tiempo. Acto seguido, Chavero centró desde la izquierda y su envío se cerró tanto que casi entra por la escuadra del primer palo. Alberto la sacó con apuros y dolor. Fue atendido tras chocar con el poste. Con el buen tono conservado, Germán provocó un córner tras sacar partido de su presión. Botado por Guilló, Chavero acudió al primer palo y cabeceó cruzado de forma magnífica. 

Se estaba llegando a la hora de juego y justo en el momento en el que el Murcia coronaba su partido llegó la jugada más imprevista y quizá por ello la más dañina. Juanjo centró al área y David Sánchez llegó desde atrás para anticiparse a todos y empatar de cabeza. Por lo brusco, al Murcia le iba a pesar ese gol. Entró en una fase hasta ese momento desconocida y el Cádiz, revitalizado, fue conquistando metros. Aisladamente, los de Aira lograban estirarse, con una delantera siempre temible y que hunde a las defensas rivales. Pero el control se había perdido y los cambios no pudieron reconducir una situación que se iba a torcer más. En una jugada en la que el Murcia quedó muy desprotegido atrás, Lolo Plá asistió a Abel, que solo ante Simón definió con templanza. El Murcia agotó sus opciones retirando a Armando y metiendo a Arturo. 

El riesgo era todo lo que le quedaba al Murcia, resignándose a que alguna contra pudiera cerrar el partido. Fueron unos minutos finales de impotencia grana, con un Cádiz que perdía todo el tiempo posible en cada jugada. No dio opciones al Murcia de encerrarle y supo conservar su triunfo. Un resultado adrenalínico para el Cádiz, que puede hallar en Nueva Condomina un punto de inflexión que dejé atrás la desconfianza del entorno y la propia ansiedad. Por contra, para el Murcia la derrota no debería provocar efectos secundarios. La trayectoria y el partido acreditan el liderato y le hacen un equipo a prueba de derrotas.

FICHA TÉCNICA

Real Murcia (4-4-2): Simón; José Ruiz, Armando (Arturo), Ruso, Hostench; Germán (Isi), Guilló, De Vicente, Chavero; Azkorra (Sergio García) y Carlos Álvarez. Entrenador: José Manuel Aira.

Cádiz (4-1-4-1): Alberto Cifuentes; Juanjo, Aridane, Migue, Pavez; David Sánchez; Salvi, Fran Machado (Nana), Abel (Mantecón), Álvaro García; Despotovic (Lolo Plá). Entrenador: Claudio Barragán.

Goles: 1-0 (56') Chavero. 1-1 (58') David Sánchez. 1-2 (75') Abel.

Estadio: Nueva Condomina. Jornada 27 del Grupo IV de Segunda B (28 de febrero de 2016).

SALA DE PRENSA

Aira

Claudio Barragán
 

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