Una de las cosas más llamativas semana tras semana era la rápida cohesión que había logrado Salmerón en su equipo. Una identidad reconocible a pesar de los múltiples fichajes y efectiva a pesar de la exigencia de la categoría. Un proceso de crecimiento y maduración que cada vez consolida más al UCAM. En los últimos minutos saca puntos (Elche, Valladolid) que antes se le escapaban (Córdoba, Sevilla Atlético) y penaliza las grietas rivales como antes penalizaron las propias (Zaragoza). Ante el Almería la goleada pudo ser accidental (penalti, expulsión, 3-0), pero no así la victoria. Es un equipo que ya provocaba recelos tras aprender a no perder. Ahora quiere acostumbrarse a ganar.
Fue un partido que el UCAM afrontó con solo dos cambios en la alineación. Con una plantilla muy renovada y la concentración de partidos, es periodo de prueba y descanso. Aún no se puede definir un once tipo, sobre todo de mediocampo hacia adelante, y las opciones para anoche eran amplias. Al final, solo entró Hugo Álvarez por el lesionado Fran Pérez y Natalio por Collantes, en la banda derecha. Sí cambió más Soriano en el Almería, casi medio equipo (5 novedades). Lo más delicado de ello era salir con una sala de máquinas nueva debido a las ausencias de Azeez (suplente), Fran Vélez (lesionado) y Pozo (descartado).
El inicio de partido parecía de tanteo, donde cada equipo empezaba a palpar al otro. El Almería tocaba y el UCAM encontraba a Jona en el juego directo. Un Salmerón activo estaba muy atento a la la correcta coordinación de la defensa (Hugo se llevó algún grito) y al posicionamiento de todo el equipo para que no retrocediera demasiado. Entonces, sin aviso previo, los universitarios se adelantaron. Tito, que recibió un pase de Vicente, disparó cruzado con la derecha sin dar opciones a Casto. Era el segundo gol seguido del centrocampista, que se distinguió por su fiabilidad robando y jugando. Todo ello lo demostró en la misma jugada, dejando solo a Natalio. Su vaselina ante un descolocado Casto salió desviada.
El UCAM tenía claro cómo comportarse: comprimir espacios y no echarse demasiado atrás para que el Almería tuviera el balón pero sin claridad. Y lo logró, imponiendo su juego y limitando al rival. El centro del campo almeriense no dirigía, las bandas no profundizaban y la delantera con dos puntas era improductiva. De ese modo, los únicos sobresaltos para los locales estaban siendo la lesión de Jona, por quien entró Juanma, y un gol anulado al Almería tras un tumulto en el área pequeña a la salida de un córner. Sí lo pasó peor el UCAM en el tramo final del primer tiempo. El equipo de Soriano empezó a jugar en el campo rival con más soltura y una acción individual de Fidel acabó en córner tras una fenomenal mano de Biel Ribas. Por primera vez el UCAM sentía que no controlaba la situación y el descanso llegó oportunamente.
Dos goles y una expulsión
El Almería apenas pudo explorar sus opciones reales en el segundo tiempo. En menos de diez minutos se desgarró el partido y los jirones eran rojiblancos. Kitoko, jugador físico e impulsivo, a veces atolondrado, salvó un balón sobre la línea de fondo, centró a Juanma y su dejada fue para Natalio, derribado en el área. Góngora transformó el penalti. Juanma, por cierto, se llevó todas por arriba y demostró una potencia cada vez más coordinada. Poco después, el central Quintanilla, errático durante la noche, vio la segunda amarilla y Natalio, en un pase al espacio que le dejó solo, hizo el 3-0. Es su primer tanto como universitario.
Goleados y en inferioridad, la afición del Almería mostró su enfado con cánticos contra los jugadores ("¡Jugadores, mercenarios!") y parte de ella abandonó el estadio a falta de 20 minutos. Fue un final de trámite, de una tranquilidad atípica dentro de las estrechas diferencias de Segunda. Tanto fue así que Góngora, tras la entrada de Morillas, pasó a zonas tan poco habituales como la banda derecha. El UCAM empezó a acunar el balón con unos espacios abundantes y un rival deshecho. Así, sin prisa, tocó hasta abrir a Morillas, que no solo apunta a sobrio defensor sino a útil atacante. Su centro al área lo alcanzó Juanma al primer palo y se estrenó también como goleador de un UCAM que acabó la noche como sexto clasificado provisional. El equipo, en crecimiento, da su primer estirón.
Goleados y en inferioridad, la afición del Almería mostró su enfado con cánticos contra los jugadores ("¡Jugadores, mercenarios!") y parte de ella abandonó el estadio a falta de 20 minutos. Fue un final de trámite, de una tranquilidad atípica dentro de las estrechas diferencias de Segunda. Tanto fue así que Góngora, tras la entrada de Morillas, pasó a zonas tan poco habituales como la banda derecha. El UCAM empezó a acunar el balón con unos espacios abundantes y un rival deshecho. Así, sin prisa, tocó hasta abrir a Morillas, que no solo apunta a sobrio defensor sino a útil atacante. Su centro al área lo alcanzó Juanma al primer palo y se estrenó también como goleador de un UCAM que acabó la noche como sexto clasificado provisional. El equipo, en crecimiento, da su primer estirón.
FICHA TÉCNICA
UCAM Murcia (4-3-3): Biel Ribas; Tekio, Hugo Álvarez, Albizua, Góngora (C); Kitoko (Nono), Juande, Tito; Natalio, Jona (Juanma) y Vicente (Morillas).
Entrenador: José María Salmerón.
UD Almería (4-4-2): Casto; Ximo (C), Trujillo, Quintanilla, Nano; Fidel, Diamanka, Joaquín Fernández, Puertas (Azeez); Juanjo (Iago Díaz) y Chuli (Quique).
Entrenador: Fernando Soriano.
Goles: 1-0 (14') Tito. 2-0 (55') Góngora, de penalti. 3-0 (63') Natalio. 4-0 (91') Juanma.
Incidencias: La Condomina, 2.985 espectadores. Jornada 6 de Segunda División (21 de septiembre de 2016). El entrenador Lucas Alcaraz, que acudió junto con Juan Ignacio Martínez a un coloquio organizado por la UMU, estuvo presente en el partido.
SALA DE PRENSA
José María Salmerón
Fernando Soriano
No hay comentarios:
Publicar un comentario