domingo, 22 de noviembre de 2015

La Condomina sigue siendo grana

El Real Murcia es nuevo el líder al ganar al UCAM (1-2) tras un precioso partido. Chavero decidió ante su exequipo con un toque genial. Gran ambiente en La Condomina

Fue un golpe de autoridad. Un grito orgulloso, reivindicativo. El que ya flotaba horas antes del partido, el que se desató tras él. La Condomina fue grana en las gradas. También lo fue en el marcador y en el liderato. El Real Murcia ganó al UCAM por 1-2 y es el nuevo líder de la competición tras un partido que fue una ofrenda a un estadio eterno. Un partido sin pausa ni concesiones, propio de los dos mejores equipos del Grupo IV de Segunda B.

En la previa se había debatido bastante sobre las opciones y alternativas que tenían ambos equipos, ya fuera por bajas o altas o por la propia particularidad del choque. Al final, todo resultó bastante estable y los entrenadores fueron continuistas. En el UCAM, Pol Bueso repitió en casa y sustituyó a Fran Pérez. Además, Carlos Rodríguez ocupó el lugar de Jesús Rubio descartando así un trivote de entrada. Remón y Fall, fijos estas semanas, se seguirían bastando para apuntalar al equipo en la media. En cuanto al Real Murcia, los laterales habituales regresaron y Satrústegui se quedó fuera de la convocatoria, consolidándose la pareja Jaume-Ruso. Sergio García volvió a ser titular en lugar de Javi López y el buen hacer de Moreno y Álvarez no hizo necesaria la entreda de Azkorra, de regreso de una lesión.

El partido nació palpitante, contagiado por la emotividad del día. Desde el primer minuto, se jugó con mucho ritmo y velocidad, sin margen para la duda. La exigencia era la propia en un pulso entre aspirantes al liderato. El Murcia fue el primero que se aproximó al área rival. Armando lo intentó picando el balón en el control y voleando la pelota. El disparo se fue arriba. Acto seguido, Carlos Álvarez y Germán montaron una contra prometedora que no lograron finalizar. La respuesta del UCAM no se hizo esperar. Góngora estaba tardando más que Tekio en asomarse, pero cuando lo hizo por primera vez encontró a un Nono llegó sin marca, pero cabeceó desviado. 

No había respiro en un césped sobre el que el UCAM trataba de ganar posesión e inicitaiva. Enfrente, el Murcia se desplegaba con velocidad y verticalidad. Álvarez se movía incansable y Fran Moreno prolongaba con toques ágiles las jugadas. Todo ello llegaba tras las recuperaciones, consecuencia de un gran trabajo sin balón que buscaba que la iniciativa buscada por el UCAM no fuera productiva. Ahí, y como ejemplo, los centrales estuvieron muy aplicados. La cuenta pendiente fue conectar mejor con Germán. Haciéndole incómodo el partido al UCAM y con buenas señales para poder sorprenderle a la carrera, el Murcia tuvo una doble ocasión de Sergio y Moreno que iba a anticipar el primer tanto. Una falta botada por Sergio García encontró el desafortunado despeje de Dani Pérez, que se marcó en propia puerta.

El Murcia tenía la recompensa a su esfuerzo y al UCAM se abría un panorama desalentador que logró aclarar Góngora. Sus centros fueron el recurso más punzante del equipo, con tanta intención como precisión. Pero su zurda iba a ser decisiva a balón parado. Cuando hay una falta en la frontal y Góngora se perfila, la sensación que provoca es la de estar ante un mismísimo penalti. El gol se visualiza sin esfuerzo. Góngora confirmó la intuición y lanzó de modo impecable, directo a la escuadra. Dulce veneno. El UCAM pareció ganar energía sin que nadie se despistara. En ese tramo fue bien anulado un gol de Aguilar por fuera de juego. Antes del descanso, el Murcia logró reponerse y volvió a demostrar que sus transiciones ofensivas era un peligro latente. 

La segunda parte vio a un UCAM con la voluntad clara de mandar y atacar, pero propio del equilibrio general el Real Murcia iba a responder. Chavero conectó con Carlos Álvarez con un fenomenal pase en profundidad. El asturiano se escapó al espacio ante una defensa abierta, pero en su primera opción ante la portería de Escalona chutó muy desviado. Durante esos minutos, la defensa del UCAM se vio amenazada por la actividad del delantero. Esta vez no lograría marcar y su movilidad quedó como la mejor de sus virtudes, muy importante para dar aire al equipo. Dentro del capítulo de delanteros, ocurrió algo similar con Pallarés, bien en las dejadas y en la continuidad de las jugadas aunque sin opciones claras de remate. El partido se había igualado y el Murcia lograba dsplegarse de nuevo en campo rival sin perder su carácter expeditivo. 

Los primeros cambios llegaron sin que faltaran interesantes mensajes en ellos. En el Murcia entró Isi por Germán (frescura y desequilibrio), mientras que en el UCAM lo hizo Checa por Carlos Rodríguez (más solidez). Salmerón plasmaba finalmente el trivote con el que se había estado discutiendo en la previa. Fall se descolgó en la mediapunta y comenzó a maniobrar, favorecido por una mejoría del UCAM. Pudo llegar el 2-1 cuando Checa prolongó al segundo palo y Remón remató desde cerca, pero se le fue alto. Tras tanto desgaste, el Murcia parecía el más perjudicado. Le costaba pisar campo rival o combinar con dinamismo. Un cambio parecía necesario, ya fuera Azkorra para dar una salida en largo al equipo o  un jugador como Rafa de Vicente o Arturo que ayudara a mantener con solvencia la pelota. Finalmente, Aira apostó por Rafa y Chavero se adelantó. Calcando movimientos, UCAM y Murcia contaban ya con tres jugadores en mediocampo. 

El UCAM había vivido minutos muy buenos, siendo mejor que el Murcia y con acercamientos realmente peligrosos. Aguilar rozó el gol con un tiro ajustado. El delantero incomodó durante todo el partido con finos movimientos, con sentido, en una catuación notable. Combativo pero cansado, el Real Murcia trataba de reponerse cuando recibió una sobredosis de adrenalina. Sergio García sacó un córner al primer palo que Chavero, casi de espuela, prolongó para marcar al primer palo. El toque de clase, tan de Chavero, tan decisivo al final, fue delante del Fondo Sur, que se desató. Incluso, hubo una pequeña avalancha sin consecuencias. Era otro gol que salía de las botas de Sergio García, de regreso al once, y quien ya había probado el saque al primer palo segundos antes con Isi.

Salmerón deshizo el trivote y metió a Bello. Más tarde también añadió a Higinio y formó con un tridente ya habitual en los momentos de necesidad. La amenza eran ahora las contras del Real Murcia. El UCAM perseveró, pero ya acusaba también el esfuerzo y sin frescura no creaba ocasiones.  En el mismo 90' pudo llegar un momento crítico, cuando un gran pase cruzado de Fall llegó a Bello, que había ganado la espalda a José Ruiz. El lateral aguantó lo suficiente como para molestar y Bello cayó pediendo penalti. En el 92' la imagen del 1-1 regresó. El Murcia concedió una falta en la frontal que provocó la desesperación de Chavero. No era para menos. Esta vez, Góngora se estrelló en la barrera y el Murcia confirmó su victoria.

Con el Fondo Sur palpitando, el final del partido descubrió a todos los murcianistas distribuidos por el resto del graderío. Eran mayoría. La Condomina descubrió en un día grande que su sangre es colorada, aunque los tiempos cambien y las camisetas sean de otro color. La Condomina volvió a ser grana. O nunca dejó de serlo.

FICHA TÉCNICA

UCAM Murcia (4-4-2): Escalona; Tekio, Dani Pérez, Pol Bueso, Góngora; Carlos Rodríguez (Checa), Remón (Bello), Fall, Nono (Higinio); Aguilar y Pallarés. Entrenador: José María Salmerón.

Real Murcia (4-4-2): Fernando; José Ruiz, Jaume, Ruso, Pumar; Germán (Isi), Chavero, Armando, Sergio García (Arturo); Moreno (Rafa de Vicente) y Álvarez. Entrenador: José Manuel Aira.

Goles: 0-1 (24') Dani Pérez, en propia puerta. 1-1 (30') Góngora, de falta. 1-2 (74') Chavero.

Estadio: La Condomina, 5500 espectadores. Jornada 14 del Grupo IV de Segunda B.

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